Fáciles de llevar a cabo y de eficacia probada, estos consejos harán que en tu jardín reinen las flores durante más tiempo. ¡Y que no decaiga el color!
- CORTA LAS FLORES SECAS
Eliminando los capítulos marchitos de tus anuales, bienales y de algunos arbustos como las rosas, ampliarás su periodo de floración y mejorarás su aspecto. Además, evitarás que las plantas produzcan semillas, y toda su energía podrá destinarse a producir nuevas flores. Quiebra los tallos limpiamente con el pulgar y el índice, o con unas tijeras de podar afiladas.
- COLOCA ACOLCHADOS
Si en invierno te lo aconsejamos para proteger a las raíces de tus plantas del frío, ahora su misión es prácticamente la contraria: mantenerlas fresquitas y conservar durante más tiempo la humedad proporcionada por el riego. Extiende una capa de unos 5 cm de espesor de corteza, acículas de pino, paja o madera triturada después de humedecer bien el suelo.
- GUÍA LAS TREPADORAS
Para que tus trepadoras se distribuyan de forma homogénea sobre pérgolas, celosías, u otro tipo de soporte, ve sujetando los tallos principales a medida que crezcan, extendiéndolos hasta rellenar cualquier hueco con ellos. Las ataduras tienen que ser firmes, pero no estrangular a la planta, y conviene revisarlas y ajustarlas periódicamente para adaptarlas a su crecimiento. Recuerda que debes plantar el ejemplar a unos 30 cm del soporte y en un hoyo profundo.
- RIEGA POCO PERO CON FRECUENCIA
Días más largos y temperaturas en ascenso incrementan la transpiración de tus plantas y el riesgo de experimentar un golpe de calor si pierden demasiado líquido y no se repone. Resuélvelo con riegos cortos y frecuentes. Son preferibles a los riegos prolongados, que pueden provocar estancamientos y asfixia de las raíces. Hazlos a diario y al caer la tarde, cuando menos se evapora el agua, y si es necesario, también a primera hora de la mañana.
- SI AMARILLEAN, ABONALAS
Un déficit de nitrógeno puede ocasionar amarilleos en las hojas. Es el síntoma más evidente, pero también de debilidad general y crecimiento ahilado. El origen puede estar en el cultivo de los ejemplares en suelos de textura ligera o en espacios reducidos, como las macetas o las cestas colgantes. Para reponerlo, añade turba o fertilizante nitrogenado a las plantas afectadas.
- VIGILA LOS TUTORES
La mayoría de tus plantas de tallo largo se habrán desarrollado bastante durante los meses pasados y toca hacer balance de tutores, espalderas, alambres, malas, celosías, pérgolas y el resto de soportes. Comprueba que estén en perfectas condiciones y repara los posibles desperfectos.
Aprovecha, además, para ajustar las sujeciones al nuevo grosor de los tallos.
- RASTRILLA EL SUSTRATO DE LAS MACETAS
Si observas un cerco blanquecino en el interior de tus macetas, justo por encima del sustrato, no hay duda, es acumulación de sales, y se debe tanto al uso de fertilizantes minerales como a la cal del agua de riego. También es síntoma claro de envejecimiento del sustrato. Elimina el cerco frotándolo con un cepillo duro y sustituye la capa superior de tierra por otra nueva de buena calidad.
- SI SE AVECINA TORMENTA, CUBRE CON PLÁSTICOS
Encharcamientos, erosiones en el terreno, daños en tus ejemplares de tallos delicados, en las flores y en los follajes, o pérdida de frutos son algunos de los riesgos que entraña una tormenta fuerte. Para prevenir algunos de ellos, te recomendamos proteger los recipientes con plásticos transparentes cuando haya riesgo de chaparrón. Además, es importante contar con un buen sistema de drenaje, que permita evacuar rápido toda el agua sobrante tanto de las macetas como del jardín.
- PODA SOLO CON CORTES SUAVES
El final de la primavera es momento de podas en verde: podas ligeras que permitan retocar ramas deformadas, estropeadas o sobrecrecidas, mantener la forma de los setos formales, eliminar chupones, pinzar flores marchitas y hojas secas… Realiza cortes limpios con herramientas bien afiladas y adecuadas al tamaño de las ramas y olvídate de las grandes podas hasta invierno.
- ROCÍALAS
Algunas plantas, especialmente las de hojas grandes, que padecen más la acumulación de polvo o suciedad en el follaje, necesitan rociados complementarios al riego para sobrellevar la sequedad ambiental y realizar correctamente la fotosíntesis. La mochila, una regadera con alcachofa o una pistola rociadora para la manguera son tres buenas aliadas. Usa las dos últimas también para regar, pues empapan bien la tierra sin producir hoyos no canales en el terreno.
- ECHA MANTILLO A LAS ROSAS
La floración representa un gran esfuerzo para la mayoría de las plantas y también para las rosas, que invierten la mayor parte de sus nutrientes en la producción de las flores. Nutrientes que van agotando y que no pueden utilizar para generar nuevos capítulos, y que debes reponer si no quieres que se interrumpa la producción, sobre todo en el caso de las variedades reflorescentes. Un recebo de unos 8 cm de mantillo de hojas o de estiércol bien descompuesto repondrá el alimento consumido.
- QUITA LAS MALAS HIERBAS CUANTO ANTES
Los hierbajos compiten con tus plantas por el agua y los nutrientes del suelo, además de resultar antiestéticos. Por eso hay que prevenir su aparición y eliminarlos en cuanto asomen. Hazlo a mano o cavando con una azada o con una horquilla. Es el mejor sistema para pequeñas áreas, especialmente si hay plantas cerca a las que puedan dañar los herbicidas. Arráncalos de raíz antes de que produzcan semillas y deshazte de ellos, quemándolos preferiblemente. Así evitarás que reaparezcan.
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